martes, 7 de febrero de 2012

Susurros de verano. Capítulo 6

Capítulo 6

Sonó el despertador y me levanté, igual que Laura, nos vestimos y nos lavamos, bajamos a desayunar, aún no había nadie, era de esperar, eran las nueve de la madrugada. Nos hicimos un Cola Cao y acompañado con unas galletas, después nos fuimos con él a la habitación para no molestar a los que estaban durmiendo. Nos pusimos en los ordenadores, Laura se metió en su twitter, ella solo tenía twitter, decía que el tuenti no le gustaba, en cambio yo me metí en el tuenti a mirar mi correo, no tenía correo, pero tenía una petición de amistad, haber de quien era…:

Borja Rodríguez te pide amistad Aceptar Rechazar

Le dí a aceptar por supuesto, ¡estaba conectado!, me puse a hablar con él:
Yo: Hola Borja
Borja: Hola, hoy ¿a qué hora bajabas?
Yo: A pues hoy bajo a las cuatro, ¿tú?
Borja: A la hora que bajes tú. ¿Te queda bien la pulsera?
Yo: No digas bobadas. Sí es muy bonita y me queda genial.
Borja: No digo bobadas es la verdad. Hombre a ti todo te queda bien.
Yo: Jum…-me sonrojé.
Borja: Me tengo que ir ya me pasaré por tu casa a buscarte.
Yo: Vale adiós Borja.
Me desconecté del Chat.
Le pregunté a Laura con quien hablaba:
-Yo: Laura, ¿con quién hablas?
-Laura: Ah, ¡pues sabes Tonny me agregó y estoy hablando con él!
-Yo: Bua que casualidad a mi Borja también me agregó y hasta ahora estaba hablando con él, quedé con él a las cuatro, ¿quedaste con Tonny y el resto?
-Laura: Sí, por supuesto a la misma hora que tú dijimos de ir al Burguer King, que dicen que hay unas hamburguesas que están buenísimas, se me abre el apetito (se rió)-siempre pensando en comida.
-Yo: ¡Tú siempre pensando en comida (reí)!
Nos fuimos abajo ya eran las diez, por lo menos ya estaban todos levantados, desayunaron y nosotras nos fuimos a dar un paseo para ver que había por ahí.
Fuimos al monte, encontramos a un cachorrito pequeño sin dueño lo cogimos y fuimos corriendo a casa para ver si nos dejaban mantenerlo o quedárnoslo por un tiempo hasta que apareciese su amo.
-Yo: ¡…Pero papá…! Es un perrito y necesita comer déjanoslo por un tiempo hasta que encontremos al dueño… (Gemí)-entonces intervino mamá.
-Mamá: Phill (nuestro padre) deja que se lo queden, además no será para siempre y así se harán responsables-después de varios minutos intentándolo convencer lo conseguimos.
Ya eran las tres del mediodía y fuimos a comer Laura y yo estábamos contentísimas por tener a Bleky (el nombre que le pusimos al cachorrito) Era muy lindo y se portaba muy bien, cogimos un bol y se lo pusimos para que comiera su pienso que tenía la abuela de su anterior gato que murió antes de que llegasen las vacaciones de verano.
Ya eran las cuatro y a las cuatro y diez vino Marta y Tonny, después a y cuarto llegó Nuria y Fer y por último a y veinte Borja.
-Borja: Siento llegar tan tarde es que estuve con mi padre ayudándole a arreglar el coche…
-Yo: ¿Eres mecánico?
-Borja: Sí, en septiembre trabajo de ayudante en una empresa de coches para ganarme un sueldillo.
-Laura: Bueno ¿qué? ¿Ya nos saludamos?-la miré con odio-¿Vamos yendo?
-Tonny: Sí, tiene razón, vamos.
Cogimos el autobús de las cuatro y media de en frente de la casa de Borja, y nos fuimos al centro comercial donde estaba el MacDonald’s. Nos pedimos todos el mismo menú, Borja se sentó al otro extremo de la mesa, en el lado opuesto a mí, porque Fer le quitó el sitio pero no importó mucho, porque de todas formas andábamos hablando en voz baja y nos mandábamos miraditas…
Después de hablar un buen rato de todas las tonterías que puedas imaginarte, nos fuimos y ya eran las siete, ¡y Laura y yo nos teníamos que ir a las seis!, mi padre nos mataría, seguro que nos castigaría, pero lo bueno era que había pasado un tarde genial.
Cogimos el autobús de nuevo, y nos despedimos todos, nosotras fuimos a casa, papá nos estaba esperando las puertas, ya eran las ocho…
-Papá: ¿Pero cómo se os ocurre venir tan tarde? Os dije a la seis para que os diera tiempo a pasear al perro, ves Mireia (mi madre) ves como no era bueno dejarles tener un perro, no son nada responsables-la verdad es que tenía mucha razón y nos lamentamos de haber llegado, nos castigó dos días sin salir de nuestra habitación (bueno para comer y eso salíamos pero no nos dejaba salir a la calle).
Que fastidio ya sabía que tenía razón, pero es que nos habíamos olvidado porque nos lo estábamos pasando de maravilla.
Ya eran las nueve y nos fuimos a cenar.
A las diez vimos una película en la cama con el portátil, nos acabamos acostando a las doce, y haber que pasaba mañana…

No hay comentarios:

Publicar un comentario