miércoles, 8 de febrero de 2012

Susurros de verano. Capítulo 7

Capítulo 7

Al día siguiente nos levantamos de mal humor, normal hoy no podíamos quedar con los chicos ni con nadie, por lo menos teníamos a Bleky en nuestra habitación y lo acariciábamos y después le bañamos.
-Laura: ¡Hola Bleky! Vamos a dar una duchita precioso.
-Bleky: Guauguauguau.
-Yo: Supongo que es un sí (nos reímos).
Fuimos al cuarto de baño, pusimos el agua caliente y después de unos segundos ya estaba templada y metimos a Bleky, gimió al principio pero después se acostumbró y empezó a darnos lambetadas, era muy bueno y muy simpático.
-Yo: Venga Bleky, ya puedes salir ya estás-volvimos a la habitación y nos lo cogimos en colo mientras que veíamos el ordenador, yo estaba haciendo los deberes que nos mandó la profesora para hacer en vacaciones y Laura primero se puso al chat y después con los deberes, Bleky estaba atento a todo y de vez en cuando hablábamos con él o jugábamos a la pelota.
Yo ya había terminado la novela que nos mandara la profesora de 500 palabras, mientras que Laura aún iba por la 354, entonces la ayudé porque ella escribía muy lento en el ordenador.
Ya eran las once, y nos fuimos al jardín a bañarnos a la piscina, que tenía la abuela en el jardín. Bleky intentaba saltar, entonces cogimos una lanchita y lo subimos como si fuese un Rey y estaba ladrando como un lobo, nos pusimos a reír, entonces se cayó y estuvo gimiendo lo cogimos y salimos de la piscina. Nos secamos y Bleky siempre siguiéndonos a donde fuésemos.
Ya estabamos secas y el también después del bañito que se dio, estaba tiritando el pobre pero entonces nos echamos en la cama a descansar un poco con él hasta que nos llamaran para comer.

Ya eran las dos y mi madre nos llamó Bleky saltó de la cama y moviendo el rabito bajó las escaleras, y nosotras detrás. De comer había macarrones con albóndigas, que rico, Bleky no paraba de darle al rabo y relamerse. A Bleky en cambio le dieron las sobras de la cena de ayer que fue pescado con patatas, nuestros padres seguían sin dejarnos salir, pero por lo menos habíamos pasado la mañana con Bleky.
Cuando terminó Bleky de comer se sentó en mi colo y después se poso en el de Laura, era como un bebé pequeñito adorable y muy juguetón.

Ya eran las seis y nos fuimos a dormir la siesta, no teníamos nada que hacer, Laura se quedó terminando el trabajo y a la media hora se echó. Nos despertamos a las siete y entonces nos pusimos a jugar a la pelota con Bleky que se acabó durmiendo a las ocho, mientras que nosotras chateábamos. Ya eran las nueve y nos mandaron ir a cenar.
-Papá: Os voy a perdonar al castigo pero que sea la última vez que llegáis tarde-pusimos cara de pena y asentimos.
A las diez nos fuimos a la cama estábamos cansadas aunque no hubiéramos salido.

Al día siguiente Laura y yo iríamos a timbrar (si no hay otro incidente) a todos para quedar y decirles porque hoy no bajamos.

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